Barracuda

“cocina mediterránea sencilla, sin barroquismos pero de calidad.

 

Castelldefels es uno de los enclaves favoritos de aquellos a los que les gusta disfrutar de un buen restaurante, de buenos paseos y de oferta gastronómica variada, hay para todos los gustos. Pero si lo que se busca es algo muy concreto como: vistas al mar, menú con pescado salvaje y arroces, verduras de proximidad y/o BIO (es decir ecológico), y que el ambiente y la atención sean inmejorables, ese lugar es BARRACUDA.

Abierto desde este verano (2014), nace de una alianza entre dos gastrónomos que se entienden bien: Guido Weinberg –empresario que apuesta fuerte por la restauración ecológica- y el chef Xavier Pellicer. Animados por la primera experiencia en la Barceloneta (el restaurante Barraca), ahora van a por la conquista de otras playas con una oferta que definen como “cocina mediterránea sencilla, sin barroquismos pero de calidad”

La carta es breve, estricta pero mimada, con materia prima de gran calidad. Por ejemplo el arroz (uno de los bastiones de la carta), lo provee un pequeño productor del delta del Ebro, las verduras son de cultivadores de cercanía, la carne ecológica tiene el sello de los Pirineos y hay una interesante selección de pescado salvaje que reciben a diario de la lonja.

Para empezar, se aconseja pedir una de tapas variadas (“las tapas de toda la vida”) para compartir y disfrutar en la terraza mirando al mar: ricas almejas en salsa verde, mejillones al vapor con limón y jengibre, croquetas de bacalao (les damos una puntuación más baja que el resto de tapas) y calamar a la andaluza con mayonesa de cerveza y lima, entre otras. Las cigalas con tomate y albahaca estaban impresionantes pero a este comensal igual le sobraba la salsa.

Para comer, imperdible la ensalada verde o la ecológica de burrata, tomate, rúcula y pesto, y muy recomendable la paella de verduras eco (deliciosa paella con el arroz en su punto) o los fideos “rossejats” con alioli.

Para el pescado, pedir consejo al personal acerca de lo mejor del día.

Los vinos como no podía ser de otra manera también tienen sellos de excelencia, la mayoría son de proximidad (Penedés, Priorat, etc), ecológicos y biodinámicos.

La carta de postres no es tan destacable, pero si queremos acabar con el punto dulce en boca, podemos aconsejar el flan de naranja por delante de los sorbetes.

Además de la carta, sencilla pero de calidad, Barracuda ofrece un ambiente que cautiva. Lo que antes fue una antigua casa playera, se convirtió en un restaurante de inspiración marina exquisitamente logrado por el interiorista Emilio Lecuona y que dan ganas de que las sobremesas se alarguen un poco más. Nos encantaron los detalles en paredes, mesas, rincones, suelos….un estilo rústico pero elegante, donde nada está puesto al azar. Genial la tarjeta del lugar con un retrato que evoca al viejo marinero de Hemingway.

Un último apunte sobre la atención, nos permitimos recomendar a Jorge, un representante de la casa que desborda simpatía y buen rollo.

El precio puede dispararse si pedimos según qué platos pero se puede comer un menú muy correcto para 2 personas (ensalada verde Bio, paella, helado o flan más agua o copa de vino) por 29 euros por comensal. Ideal para comer al mediodía y relajarse en un entorno natural.

Donde comer

Barracuda

Ribera de Sant Pere 17, Castelldefels
638265261
> Barracuda

 

Sobre El Autor

Especializada en fotografía gastronómica y bodegón creativo, ha colaborado con algunos de los mejores chefs del país. Grandes nombres de la alta cocina como Jordi Roca o Carme Ruscalleda confían en su detallista e inspirador estilo para plasmar sus creaciones culinarias. Desde su maravilloso estudio de Barcelona, esta fotógrafa inglesa nos cuenta algunos secretos de su trabajo, de su pasión.

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