Flores comestibles
A 65 kmde Barcelona se encuentra Palafolls, el último municipio de Barcelona antes de entrar en la provincia de Gerona. Es un pueblo de unos 6.000 habitantes, prácticamente sin semáforos, donde los niños todavía pueden jugar en algunas calles. La edificación se compone de edificios bajos, de no más de 3 pisos, de casas adosadas y no adosadas y de casas rurales.
La geografía de los alrededores goza de buenos espacios naturales, y de campos que han sido y son el sustento de muchos agricultores. En este marco, se instaló hace nueve años María Riera, una mujer con creatividad, coraje y arrojo que ya traía en «sus genes» la empatía con la tierra y sus frutos. De hecho proviene de una familia de agricultores. En la finca familiar se producían verduras de temporada -variedades locales- que cada año se mejoraban seleccionando las mejores plantas para semillas. 
Así se fue empapando de todos los cuidados que necesitaba la tierra para que pudiera dar lo mejor de sí hasta que se decidió a dirigir su propia explotación. Los comienzos fueron cautos: sólo cultivos de rabanitos y acelgas. Pero más tarde se lanzó con cultivos muy exclusivos en el mercado: hojas baby para ensalada como minis de rúcula, mizuna, acelga de color, entre muchas otras y micro vegetales que son las verduras en su fase siguiente de germinación. Lo último de su cosecha son las flores comestibles que en esas tierras se dan fabulosamente bien; uno puede encontrar desde simples capuchinas hasta la exótica y picante flor de Sechuan. Un lujo para la vista y el paladar.
Seguramente en un futuro María nos sorprenderá con más novedades porque está en la búsqueda permanente de nuevas semillas, de nuevas hojas, de nuevas flores y mejores sabores. Tal como ella misma nos cuenta: «Pretendo que de la finca salgan productos más interesantes cada día, cada vez mejor presentados, y cada año más sabrosos».
Que así sea.
